miércoles, 24 de noviembre de 2010

Nació en Guayaquil (1960), actualmente reside en Estados Unidos y está convencido de que la poesía: Es una producción verbal muy humana en la cual no hay misterios de ninguna índole: Allí la claridad es claridad, y la confusión confusión. Ha publicado los poemarios: De maitines y laudes. Zacatecas, 1985; Vástagos. Guayaquil, 1990; El camino tomado. Guayaquil, 1997; Contra sí mismo. Quito, 2004.

Fragmentos de la antología personal de Fernando Iturburu 
"RUMOR DE INVENTARIO" (1977 - 2007)

POESIA

Primeros poemas (1978)

[Como ocurre en casi todo joven que desea escribir, mis primeros poemas fueron de amor. Pero, así como ese amor, no sobrevivieron el paso del tiempo. Aún en el colegio, se dio mi entrada a Sicoseo, por invitación de Gaitán Villavicencio, y empecé a leer la poesía de Balseca, Ledesma, Nieto Cadena, y a muchos otros escritores latinoamericanos que me permitieron salir del encierro provincial propio de la adolescencia, y otros nuevos como Kafka.]


Un poeta

Rebelde, viejo rebelde
Ahora que se lo tiene frente a frente
Se piensa que es tan vulgar ahorcarse por al vida
Situar su bullicioso desafío en el poema de un hombre en el caos
En el preludio introductorio a una gama de proporciones gigantescas
Su poema.
La época jamás conocida: fundación de la revista Motocicleta
Todo un pasado inmerso en sus ojos
Su nacimiento de siglo impar (caída temporal de los curuchupas)
Compañero de algún poeta decapitado y mestizo.
Problema dos puntos aparte
Que no seamos parricidas iconoclastas
Jamás eso jamás eso gran malentendido
Raticidas, eso sí.
Y sonrió.
(Un alto para recordar su nariz larga, como cualquiera de sus poemas)
Quedamos callados, mirándolo
El lo notaba en silencio
Comenzaba a ruborizarse
A mover calladamente los labios
Como que un escrito tal suena a elegía cuando usted no ha muerto
Consuelo para nos, raticidas
Ya no hará falta contar de su amistad con otros grandes poetas
Ahora no faltará ocasión para escribir un recuerdo suyo tan cotidiano
Como un zapato roto o un rascón en la cabeza
Señor Hugo Mayo

Recordando a un amigo nacido en Praga

Querido Sr. Goyes:
Pendiente del absurdo clásico de tu vida
La rareza no es punto extraño redundante en los ilógico
Antiterrenales
La propuesta nos viene dada de antemano
El desencuentro en cada una de nuestras huecas horas
Este silencio inconsciente
Del no hallamiento de nuestros minutos
No permite la dilatación de la esperanza
Ni el alargamiento de una palabreja tonta
Perorata existencial
Mentira viviente: es como verte presente y tocarte
Y que tú no estés allí, Gregorio Samsa

Prólogo para poder admirar mejor una operación quirúrgica

Así naciste vos,
inquieta, solita.
Pegraño. Inmundicia. Asqueroso vil amante.
¿Ha visto usted caminar un par de guantes de operar
sin que haya una mano dentro que los impulse?
¿Ha visto usted?
Así naciste vos,
inquieta, solita.

Se pediriría una cosmovisión
Un detalle falseado que permita la línea común
Trataríamos de formular hipótesis para el hallanamiento del sentido.
Rompecabezas:
¿Cómo esperar respuesta si no la busca? Mierda.
Encontrado ya
El aquietador gesto reflexivo:
Saca el blanco limpiador y seca su faz.
Detallito encontrado.
Razón sencilla: Si se trataba de un genio era porque estaba loco
Frase estúpida (duele saber que tiene razón)
Burlas a usted señor lector.




Ayer, después

            Pasado el tiempo de hysterias y caminatas en búsqueda de mí y del otro que fui, pasado el lapso del reconocimiento de los colores del cielo, de la caída del sol en dirección al mar, pasados los días de cicatriz y nuevas heridas, como un demente que necesita salir a encontar otras palabras, llegué a Nueva York, the Big Apple, the other hole of the world, la casa de mi hermana y su familia. Sí, estaba en Nueva York…
            Sin embargo, no aparecían nuevas historias. No veía a Henry Miller por ningún lado. Lo busqué en los muelles, en los interminables edificios de ladrillo, y nada. Se había mudado, supe que lo había hecho y para siempre, según sus palabras. Me decían que estaba en California o en Grecia, pero yo intuía que había vuelto a Francia, que a esas horas estaría dándose un paeo en bicicleta por Avignnon, Place de Clichy o por los canales de Jaurés, encontrándose con Alfred Perles, Cendrars o algún hindú que lo hubiera reconocido por la calle.
            Lo veía otra vez sentado en La Coupole, tomándose un trago con Marlon Brando. Un Brando herido, repitiendo mágicos monólogos de Apocalipsis Now o The Last Tango in Paris. Podía escuchar sus palabras, sus ironies acerca de la literature y su eternal pobreza. Lo veía entrar a Villa Seurat y perderse en la multitud que invadía los boulevares. Lo veía inclusive en California, sentado en un bar con una cantante japonesa. Pero nunca en Nueva York. El viejo Miller había vuelto a ua vida sin responsabilidades, a un tiempo que lo santificaba todo.

Ayer

            Pasaban meses lenta y duramente y yo seguía ahí. Cada mañana deseaba que ese día transcurriera pronto, lo más pronto possible. ¿Qué hacía? Lo mismo: leía, escribía, trabajaba (o a la inversa). Recibía correspondencia del país invisible, de Paris y de otros lugares remotos. Ya no podía estar en Nueva York, ya no quería estar y no sabía a qué lugar ir. Pensaba en Australia, en Moscú o en alguna aldea rusa, en los monasterios del Tíbet y en la selva amazónica. Tal como estaba, era capaz de amar, de encantarme por la forma de un clavo o por el recorrido acuático de una tortuga.

Hoy 

            No hay portales. El caudal del Hudson me regresa al Puerto Invisible. Un río recorre el alma de los hombres, un poema hermético que no puede ser descifrado sino expuesto como jeroglífico milenario en paredes, como quipus o palimpsestos sobre los cuales caen el sol y la memoria fragmentada y todo se escribe nuevamente.
            Aún “el río se emborracha con aceite” y sigue el hombre saludándome con la mano mientras hunde el remo en el agua.

Los piqueros tristemente me van abandonando con sus cantos
Y soy como un caracol rebosante de algas
Hablo siempre desde el fondo de esta oscura caja muerta
Cuando miro y cambio de rumbo yo sé que una vela más se enciende en mi velorio
¿Será por esto que en mis sueños aparecen aquellos que hace mucho fallecieron?
Están presentes: la ceniza y el agua detrás del manuscrito las botellas vacías
En las frías bodegas los periódicos pasados
¿Será que aún las cosas profundamente se ingenian una manera de acercarme al
exterminio?
Yo les hablo siempre a los demonios, les digo que a cada rato
Entro y salgo de la muerte y ellos no me escuchan, desprestigian mis honores:
“Mortal, si creyéramos en ti, creeríamos en nosotros”
Mi vida entonces es como un islote poblado por iguanas
Es la crónica de “un sombrío muchacho medio loco”
¿Quiero volver a las ruinas amarradas a voces y a palomas?
¿Cómo saltarán las ratas y los sapos cuando pierda el triste equilibrio del sujeto?
Volver a neblina huir de los faroles
Es descansar por cuenta propia
Cedo al enjuiciamiento de los otros: salgo de las imágenes y empiezo a correr
Sobre  la acera
Por fin renacen mis horarios

                        *            *            *

Armaré los retazos de los que un día me maldijeron
El día en que pierda el triste equilibrio del sujeto saldré a buscar diarios             revistas            fechas
Ese lúgubre día de la pérdida total del Firmamento podré dedicarme a secuestrar mujeres
y a quererlas
Arrojaré las cenizas de los que me precedieron
Y la borrachera de la esquina será el cedazo de las bondades
Y los hombres anexarán sus cataclismos y virtudes
Las brutales permanencias golpearán los urinarios
Esas orejas concentrarán todas las voces. Gemirán el descontento
Críticas arropadas que emergen a la inundación del abrazo
Mis deudas contribuirán a la edificación del rompeolas
Habrá cuidados posteriores (que la advertencia siga el curso de los ríos)
El día en que la razón se me extravíe una inocente figura poblará las manos
Invirtiendo y destruyendo toda recluída destreza
Haciendo que los muertos persistan

¡Ya pondremos nombres a estas calles!
                                                           
*            *            *

Carros vi que llevaban multitudes para ser exterminadas
¡Asimílate lengua a la boca de los desarparecidos
Bajo el techo de esta casa familiar!
¡Asimílate!
Y sostén aún el secreto rito por la eterna duda de la salvación
Que no sea un solo hombre el descubridor de la basura y lo profano
¡Asimílate!
Para exterminar el privado placer del que discierne
Destruye el temor al castigo batiéndote contra él
Guardián de ovejas
Que el temblor de las arterias sea propicio en la advertencia
En el contraste de la paz y el perdón
Que no venza otra vez la mercancía
No se construye la playa añadiendo de uno en uno sus elementos
Deja que el mar arroje constelaciones desde el fondo
Que la hormiga bruta se consagre en esa hazaña
Que la bofetada del tiempo descarne
Todo oficio tiene lugar y recompensa

*            *            *

Para mí Leoncio Datus siempre fue un torpe misántropo
Ahora sus palabras resuenan en mis oídos:
“Yo no persigo los encierros
pero tampoco me desvaneceré en las manos del que amasa”






miércoles, 17 de noviembre de 2010


EDUARDO MORAN NUÑEZ

Guayaquil, 1957.  Integró el grupo literario Sicoseo, en el Guayaquil setentero. En 1980 la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas publicó su primer libro de poemas con el título de MUCHACHO MAJADERO que recoge la producción poética de su etapa de adolescente En 1985 la Universidad Autónoma de Zacatecas, México, publicó su segundo libro de poemas titulado NO PUDIMOS MIRARLA DE MANERA DISTINTA. En 1998 La Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Guayas publicó su tercer libro de poemas: LOS LUGARES MALICIOSOS.  Su poesía ha sido catalogada como irreverente y al decir de Fernando Nieto Cadena “Se respira una atmósfera que va de la ironía al sarcasmo. El humor que rodea sus textos es un humor directo que ronda la agresión”.    
                                                                     
Ejerce su profesión de Arquitecto desempeñándose, además, como Fiscalizador de los trabajos de regeneración urbana que lleva a cabo en su ciudad natal el  M. I. Municipio de Guayaquil y la Fundación GUAYAQUIL SIGLO XXI.


De, NO PUDIMOS MIRARLA DE MANERA DISTINTA, México, 1985


TERRIBLE AUTOPUNICION

Cuando, metida en tu amplio traje de luto,
me pediste prestada la motocicleta
para realizar tu largo viaje de verano,
yo me quedé cavando profundidades
metafísicas
en el patio interior del estómago.
Llegué a comprender
que tu vieja Biblia de cuero
era el matamalezas recio
que impedía crecer mis sueños
lo mismo que un jefe de fábrica.

Entonces descubrí
que bajo tu tinturada melena
escondes un cementerio de oraciones
lo cual, para mi educación de cuarta
escuela,
no es más que suciedad acumulada.

Después de esta intermitente
y útil, terriblemente útil, auto punición
lo que hasta aquí estaba claramente limitado
derrumbó sus limites;
empero
me quedó en el fondo de la cabeza
una luz fuerte que sustraje
y repartí entre mis linternas.

Desde ese junio
hasta tu regreso ocurrido en febrero,
un demonio
vino a echarme una mano con la casa
y las tareas de  cocina.
No cobró ni un centavo;
pero me dejó objetos inútiles
como ese barómetro
que rueda por ahí,
perdido en alguno de los cuartos
y que algún día clavaré en tu esternón.

Será entonces que encontraré el camino,
oscilaré,
volaré,
como una página arrancada
del Deuteronomio
hasta la cima de las montañas.


DE MUCHACHO MAJADERO 1980

MUCHACHO MAJADERO

Con premeditación y alevosía
desde hace quince inviernos
yo tengo unas emputadas ganas de joder
fabricadas a mi medida
y llevo los perfectos estatutos
de esta quincenal cara de aguacero
metidos como piedra
dentro de los zapatos.
Ganas de joder
que dejo caer sobre las paredes
de vuestros rostros absurdos.
Sobre la pintura flamante
de la angustia burocrática
de los funcionarios.
Sobre el uniforme descolorido
del pazguato de trabuco
que cuida vuestros parques.
Mi adolescencia resulta
una enfurruñada urticaria
sobre el pellejo de los días
y dice el Orientador vocacional
que escribiendo esto que escribo
por fuerza he de reconciliarme
con mi adolescente buen chico,
ese que tiene mi misma cara
y no conozco,
el que lleva mi propio odio
y que no amo ni me ama.
Bueno. Ya se que son mentirillas
del Orientador vocacional.
Pero qué importa.
Yo tengo unas emputadas ganas de joder
fabricadas a mi medida.
Acabaré de jorobar
cualquiera de estos días.
Quizás algún sábado por la noche.
Cuando el viento,
o los establecidos preceptos,
o alguna camisa de fuerza
puedan recoser el sosiego
dentro de estas venas.

Con premeditación y alevosía,
desde hace quince inviernos,
yo tengo unas emputadas ganas de joder
fabricadas a mi medida.

CARTA A PAPÁ

Viejo:
Tu hijo varón se ha casado.
Pero, por favor,
no saltes,
ni me eches de la casa,
ni me llames irresponsable hijo de perra.
Si. Ya se:
mi edad,
mi carrera,
mi futuro.
Sin embargo,
ya lo ves.
Te contaré que mi mujer
no usa sostén
y se pone mis camisas.
Tiene la mirada de los niños
escarbando algo que sirva
para aplacar el gruñido del hambre
dentro de los tachos de basura
y un cierto parecido
a esta vieja herida
que tú me regalaste.
Viejo:
La mujer de tu hijo
se llama Tristeza.


lunes, 8 de noviembre de 2010



BRUTAL COMO EL RASGAR DE UN FÓSFORO
I ENCUENTRO DE TALLERES LITERARIOS "GUSTAVO GARZÓN GUZMÁN"
Quito 10, 11 y 12 de Noviembre de 2010

Organizan
CASA DE LA CULTURA ECUATORIANA
Talleres literarios de la institución
Departamento de Comunicación Social



ANTECEDENTES

Durante la década de los años ochenta, el Ecuador estuvo atravesado por el cuestionamiento a los imaginarios que la anterior generación: la del 70, resumió en las teorías de “la década perdida”, del “desencuentro” y del “desencanto”. Estas crisis de rol del escritor en su contexto, se agudizaron políticamente durante el gobierno neoliberal de León Febres Cordero, estando marcada la década, por la aparición de grupos alzados en armas y por una represión generalizada sobre los sectores juveniles en especial.

A nivel literario, el Ecuador había perdido el espacio de la dignidad que representaban ciertos íconos literarios e intelectuales, pues estos se declararon “desencantados” del movimiento de izquierda tras la caída del “mundo socialista” que representaba la ex URSS y el muro de Berlín, mientras que EE.UU se alzaba como la única potencia mundial intentando imponer las teorías de “el fin de la historia”, “el pensamiento único” y la guerrerista “confrontación de las civilizaciones” que devendría en el maniqueo concepto de la pretendida existencia de los “ejes del bien y del mal”.

En este contexto, y frente a los reclamos ciudadanos y de los movimientos sociales, los derechos humanos fueron vulnerados, llegando al extremos de encarcelamientos, asesinatos sin formulas de juicio y desapariciones, tal como consta en el Informe de  la Comisión de la Verdad, que para investigar estos casos se organizara en el actual período gubernamental; dicha comisión fue presidida por la Hna. Elsie Monge.

Familiares y amigos, trabajadores del campo y la ciudad, periodistas y comunicadores sociales, escritores e intelectuales, hombres y mujeres, fueron víctimas de un proceso de represión que marcó un importante momento de la “historia oscura” del país; a todos ellos es justo reconocer y revalorar para que las nuevas generaciones no olviden que son consecuencia de luchas sociales anteriores y que en ellas hubo personas que ofrecieron su energía y aún sus vidas, por ver días mejores para la patria ecuatorial.

De ahí que este primer encuentro va dirigido a quien fuera el más destacado de los jóvenes escritores que produjera la generación de los talleres literarios, el hermano y compañero GUSTAVO GARZÓN GUZMÁN, quien fuera encarcelado a finales del año de 1989, liberado en octubre de 1990 y “desaparecido” el 10 de noviembre de ese mismo año, en el marco de la represión mencionada; causando uno de los más grandes dolores que hemos tenido durante todos estos años los trabajadores de la literatura y sobre todo su familia y especialmente su madre: doña Clorinda Guzmán de Garzón, que hoy en día constituye un icono de la lucha por los derechos humanos en el Ecuador.



FUNDAMENTO DEL EVENTO

En la década de los años ochenta, se crearon los talleres literarios, como un movimiento de las letras ecuatorianas. Estos, fueron consecuencia del Taller que creó la Casa de la Cultura Ecuatoriana en el año de 1982 y fue dirigido por el escritor Miguel Donoso Pareja, quien demostró al país que una labor de esta naturaleza genera nuevos aportes al imaginario cultural y que por tanto deja huellas imposibles de borrar, tal como ha quedado registrado en el libro “La posibilidad de soñar por escrito” del poeta Alfredo Pérez Bermúdez.

En estos procesos colectivos, plenos de recursos metodológicos innovadores relativamente desconocidos aún, se formaron varios escritores que hoy representan a las letras ecuatorianas y que a pesar de la falta de difusión de sus obras, no han dejado de producir, sin esperar reconocimiento alguno, que no se el que sus obras, por sí solas, lo merezcan.

De aquello muy poco se ha analizado y discutido. La experiencia del Encuentro “Cultura entre dos crisis”, realizado en el año de 1987, constituyó un hito en la historia de reflexión local sobre el rol del escritor en su contexto político y social, el que no fue evaluado de manera sistemática para generar continuidad en necesarios y útiles debates, sobre todo para encontrar derroteros para los actuales momentos, cuando el Gobierno de autodenominada “Revolución Ciudadana”, ha creado el Ministerio de Cultura, como un ente articulador y rector de las políticas en este sector de gestión gubernamental.

Si otrora, los trabajadores de la cultura y particularmente de la literatura, nos hemos movilizado reclamando por los derechos de nuestras áreas de acción, es necesario volver a retomar los cauces de la reflexión, el análisis y la confrontación conceptual, política y sobre las prácticas significativas de las “culturas ecuatoriales”, pues el gran esfuerzo realizado, no ha logrado que los derechos de los creadores sean asumidos como políticas de Estado, y por el contrario, hasta la presente fecha, no se reconoce al imaginario cultural de los pueblos y culturas ecuatoriales, como un eje de desarrollo nacional, a pesar de estar en juego una reciente discutida Ley de Culturas en Ecuador.

En lo específico, es imprescindible que los jóvenes creadores literarios, poetas y narradores, ensayistas y analistas sociales, nos convoquemos para asumir la responsabilidad de darle al país nuevas herramientas conceptuales provocadas por los recientes desarrollos tecnológicos y científicos, así como para evidenciar y reconocer el resurgimiento de nuestras culturas ancestrales y de nuevas culturas juveniles urbanas, como ejes vigentes de nuevas formas de comportamiento humano y convivencia en armonía y reciprocidad con la naturaleza (Sumak Kawsay) y entre los seres que habitamos este planeta y en particular: en nuestras ancestrales Tierras de la Mitad.


 

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