domingo, 14 de julio de 2013

Poemas que integran la antología de poesía ecuatoriana De la ligereza o velocidad que también es perfume, Fondo Editorial del Ministerio de Cultura del Ecuador,
Centro Cultural Dulce María Loynaz, 2012.


ARTE POÉTICA

Lucidez lóbrega. El poema supera al racionalismo del discurso que busca limitarlo. Renegar con pudoroso atrevimiento. Lanzarse, horadar en elusivo trampantojo. El delirio de la fe indescifrable, incesante, irónica; en la destrucción una epifanía sin ningún patetismo. La belleza en eso que dicen fealdad, que dicen vida, que dicen gancho al hígado.

1

En el talud estaba la respuesta
se resbalaba cadenciosa, se iba, se iba viva en la sombra de la espera
sin reclamos decía, se decía, alzaba su voz
hasta que la tierra la convirtió en pregunta.

Como un calambre fue la felicidad
imprevista reacción del espíritu ante la eventualidad del diario vivir.
Congelado el brazo, cúmulo de venas locas por escapar de ese cuerpo vertido en una copa de pastillas.

Que a nadie se culpe de la mutilación, que nadie alce la mano y diga presente.

La lava está enferma, el ser catatónico asiente con la voluntad del perseguidor afligido y vestido

de blanco.

En el talud una respuesta se resquebraja y corta la presencia
un espasmo convierte a la experiencia en un cuadrilátero sosegado
fantasmales rasgos transforman las respuestas en mercancía líquida.

2

En la música las lenguas se conforman.
Contenerse o morir, contenerse o convertirse en otra marioneta,
vomitarlo todo.

La cobardía anuncia una salida, ejecutar la melodía del adiós se convierte
en un fulgor imposible, el diablo sopla y existe.

La mentira ha regresado con la última noticia de TV, el agua turbia se asemeja a un río pobre
al costado, en la orilla un hombre espera,
su finitud se hace infinita, el agua no lo limpia.

Comer lastima el sentido, descifrar su vida lo descoloca aún más.
La tórrida esperanza se convierte en un esperpento de dientes enormes.
Las cenizas no bailan, el desastre de sus piernas le hace quedar mal,
sin embargo acaricia ese cabello, ese rostro que jamás será.

Un ogro que recoge los pasos cada madrugada borrando de la memoria
los nombres de mujer
las caderas, los culos, los labios.

Un espectro que manda todo al diablo, la carga en la espalda
como un amasijo de tareas por hacer.
El equilibrio es el delirio del sentido más frecuente.

La risa cuesta, la cara cuesta, esa mueca que cruza y hay que atenazarla, vestirte con ella.

La maldad cruje y se aferra, somos eso nomás. No más.

Aunque algunos decidan cantarle a la tecnología o increpar a los poetas
o rebuscar entre sus cuadernos universitarios la tarea que tan bien hicieron.
Insuficiente es la nieve para cubrir
nos.


3

La humedad es mía, hundida en el recuerdo de la vez que desesperado entré al baño de un hospital y me comí ese polvo hasta atorarme, hasta volcar
mi garganta en lamentos desparramados por esas calles rocosas.

La boca se me durmió y luego los dientes sonrieron, yo sonreí con la sensación siempre ahí
con el cuerpo abriéndose al aullido. Imploré un descanso y las venas se rompieron como el trago de cada día presagiando
la desdicha de la repetición, un adelanto de la muerte.

En el espesor de tu conciencia dejé mi último abrazo. Guardado.
Los hijos son una sombra que no se deja adjetivar. En ellos lo vital es el intento
la forma de sus brincos, el latir imperfecto.

El impoluto orgullo de las madres es el sostén de una divinidad
que explotará tarde o temprano y en lugar de las risas:
el llanto y las recriminaciones.

Mutilado por dentro, soy testigo de bocas dulces y amparos motivados por el placer de existir.


4

Cuando la leyenda deje de ser didáctica, la vida ejemplar del pecado, emergerán seres completamente sucios y vivos.

La letra es la primera impresión de un individuo, decía mi abuelo,
no puedo mover mis dedos, no puedo cerrar mis manos
firmar es una odisea
sentir, un holocausto.

Así ha sido esta enfermedad sin nombre.
Así y ya, sin preguntar ni pedir permiso.

Pocos saben lo que es tener un brazo muerto, pocos, poquísimos, poquitos.
Y a quién le importa
el mal funcionamiento de venas y tendones.

La vida nos lleva
víctimas no somos
solo extraños.

Quejarse es caer en la intransigencia de la voluntad ajena,
exprimir la risa hasta convertirla en una mueca
fugazmente dichosa e irresponsable.

Tu calidez
circunstancia del desobligo.

El calor del trago en el pecho, la trama oculta del desagravio.
Tu calidez limita,
abre lo poco que queda.

Era intensa pero falaz
vivía vidas ajenas, contenida en la molicie de una madre.
Las noches no sirven si las pinta otra mano enferma.

Denme una bala y lárguense de aquí.

No la nombro ni la pinto, tampoco la lleno de metáforas.
Una bala atraviesa el recuerdo esculpiendo en el cuerpo una sutura
en U.

Lo único transformable es la infancia.
El resto: esquirlas de los días en brazos.

Persigo la vena en mi mano,
la aprieto como si fuese un gusano
y yo sin sal.

Ella ha nacido fuerte y rabiosa, como sea, me conduce al desasosiego
del dolor.

Camino y el corazón exhala una protesta, aunque sabe que es tarde.
La cima es la carencia y en ella
desciende el final.

Quisiera volver a ser. O tal vez no. El desenfreno de la palabra contradice a lo que llama espíritu o al equívoco del cuerpo. 

La piedad es el peor defecto de los sin nombre, confluye la existencia
en un suspiro ajeno.

Entonces la noche nos saboreó distante y hablamos y decidimos, como viejos perdedores
no escribir para nadie más que para nosotros (si todavía hay un nosotros).

Nadie más tocará nuestra sangrante belleza, enajenada, violada y dispuesta a escabullirse.
No reconstruiremos los fragmentos, los esparciremos por la arena inmunda y brincaremos
sobre ellos como unos malditos desvergonzados, y luego los soplaremos lejos, lejos, bien lejos; para nada más encontrarlos en el siguiente
acabose.

5

Más allá del cuadro, del autorretrato no bulle un personaje, no crece quien brinca de mano en mano.

Detrás del óleo hay una mirada, solo eso, una mirada
incierta
y
extraviada.

Vemos los cuadros colgados, siniestras fauces citadinas sucumben
ante la ambivalencia del ser sumergido en la disyuntiva de sobrevivir.

Vemos los cuadros colgados, la repetición nunca es la misma.

Enormes cuadros. Diablos. Murales. Bastidores.
Colgados vemos los cuadros,
colgados nos vamos a buscarnos
otras
heridas.

6

Como en Las Meninas, de Velázquez estoy en tu espejo
despojo, reflejo, reflujo: tinieblas.

Flujo
discontinuidad
dos no marcan un movimiento
congelan su inicio en el miedo.

El tacto es un pozo, un paso a un estado abierto.

El olfato maléfico el sentido
un pincel, lazo,
lijar, marcar, perder
tinieblas: un sortilegio perdido en la oscuridad.

Tacto
olfato
infancia
asolada.

Al final la risa es lo único: frontón, pared, espada, hastío.


La queja es su contraparte, aunque a veces se unen, se molestan:
como un entronque para defender a un rey
muerto por anticipado, por avispado, por mangoneado.

Muerto de la queja, muerto de la risa.

Pero una risa y su doble.
Como la mueca irónica de Jack Nicholson, como la mueca grotesca de Mickey Rourke.

Una risa que complete el dolor
un dolor que ampara a la risa, sosiego y arrebato en una sola mueca.

Carencia y abundancia
en una carcajada desmemoriada
frágil, febril, angosta.

La palabra es la descompostura del sacrificio
equilibrio invisible, caos, late, miel.

La palabra descompone la imagen quebrada
miente por naturaleza extensiva y lunar.

La palabra enferma en la retina y lucha e intenta ser algo más que una viruta en los ojos de dios.

Solo, sola, solo, sola, solo, no te veo más que sosteniendo la imposibilidad
del sol entre los poros, en parte
cruje la soledad sin la razón, sola, sola, sola, única certidumbre bajo un manto intravenosamente
sal.

7

La progenitora de un dios menor sin ropa.

La progenitora de un dios menor
vestida de rosarios sueña en un dios mayor

se baña en lo imposible y canta, ordena, ríe, vigila la carencia, su carencia
hasta acaricia su cabeza cuando no sueña.

8

Velar la duda y esperar recatadamente el arrebato, niebla, nube, sal.

Celoso el hijo, celosa la hija, han triturado su sangre para que no se convierta en nuestra sangre.

Lo hacen jugando, traviesos en la desidia
y muere, muere, muere, agoniza, calla, muere, muere, se queja.

La línea circunspecta de la comunión.

9

Realiza aquello que más amas. Para conocer bien tu hueso, hay que roerlo, enterrarlo y desenterrarlo para roerlo más aún. Henry David Thoreau

Amasar el trueno que ha ocasionado el delirio, la cavidad del grito no dado
en donde la cifra no sirve sino para ser un cero

a ese refugio que anhela una vida, a la precariedad de la posesión inconclusa del día.

¿Quién sabe cuántas venas circulan en un cuerpo?
¿Quién, la cantidad de triglicéridos, toxinas y más?

Vislumbrar la oscuridad sin nombrarla, amasar la luz.

¿Qué es la invalidez? Vivir vidas ajenas en el murmullo de los círculos familiares

el vaivén, el calambre, la dislocación, nada dicen

uno guarda
sus puños
con descaro.


10

¡Ah el sórdido, el viscoso templo de lo humano! Leopoldo María Panero

No hay padre para odiar esta tarde
de jueves.

No hay una identidad que restituir
solo hierba y humo.

No hay, ni siquiera, un desierto
de voces hiriendo el camino.

No hay cómo bailar ni fingirse sano. Ni seres mitológicos, ni paganos. No hay hijos ni hiedras
no hay labios esperando una verdad.

Una piedra
en la mano
se mueve.

El silencio mina las fuerzas aún más que un estruendo, ni la pincelada lo libera.

Quemazón de un hielo tan duro como la piel regada por años de lo mismo.

lunes, 19 de noviembre de 2012


ÁNGELES SODOMIZADOS
Luis Franco Gonzáles


Cómo cantar a la  intensidad de la piel que se apodera de la juventud sino a través del equilibrio de la palabra. Mientras el Hombre (el humano) esta en construcción, definiendo la orilla que tomará para correr la vida, la palabra ya lo ha descifrado y ha decidido por él.

La palabra es superior a cualquier intento de fuga.  Luis Franco lo ha entendido así y desviste de la manera más honesta a los ángeles que lo rodean y a si mismo, entonces dice  con certeza: “por eso uno empieza a ser sincero consigo mismo/para no volverse revolver o veneno para ratas /para atraer a todos hacia uno/para vomitar el nombre, el día y la bala”.  Y en otro poema dice: “emulé la masturbación de los ángeles / como el acto necesario para existir”.

Este es el punto de partida para caerle a palos a la moralina  y sus hermanas mojigatas.  El poemario se construye como un acto transgresor y enfrenta esa estructura de poder que no permite hablar del amor entregado en todas las formas.  Así desde el espanto hasta la excitación profunda, recorre los días que lo han visto entregarse al mar, a su mar de olas grandes como alas.

Ángeles sodomizados es efervescencia, la piel vs. la piel enfrentadas en el acto amatorio , la piel vs. el espejo descifrando en cada poro su identidad; y en esa lucha el poemario se convierte en grito;  parafraseando uno de sus poemas, Luis Franco abrió la boca y tentó a las vocales bajo la noche, bajo la luz. 

Este poemario suena en distintas intensidades y delata su creación: muchas veces exigente y concentrado y otras como una descarga.
El trabajo está hecho  e inicia el camino, llegaremos un día al poema.

Aquí empieza el oficio del lector, es la hora, atrapen un ángel con sus manos, y sabrán distinguir las olas que suenan más fuerte y las que en bajo volumen  también cantan.

Aquí les dejo  los que para mi, son los dos mejores poemas del libro


F

Nada me aterra más
que la mano de una niña
rebuscando entre mis vísceras a Dios.

Yo tenía un romance con querubines
a los que penetraba cuarenta veces en
un día.

Un solo cuerpo con dos cabezas
¿es suficiente?

He aquí la victoria:
mujer agonizante, incolora y
desértica;
su nombre es Catástrofe.

[Los hijos detrás de la sangre]

Adoptando el color necesario:
cetáceos, anfibios, cuadrúpedos.
Levantemos la piel, sacudamos el
disfraz.

Yo tenía un ángel entre las páginas de
un parís frío
al que besé y amé debajo de los
manzanos.

Un solo cuerpo con dos cabezas
no era suficiente. Yo quería más, asesino, víctima.

Para que nos serviría la historia,
lo heleno, lo bárbaro, lo latino:

también reposa el silencio
en la sabiduría glacial del cobalto.

¿Cuál es el acto reparador
de ese NO que mancha las manos?
¿la cruz?
¿la cicuta?
¿la poesía?




I
a J. S.

No importa si el castigo viene para los
huérfanos.

El hombre ha hecho dentro de sí,
un refugio para otro hombre.

Una luz polvorienta
que encuentra un profundo lamento
de lo vacío.

Así que no interesa el hecho que la flor
nazca de la mañana turbia y sedienta.

He venido temprano, sin bozal,
sin trompetas expeliendo el vocablo
negro de los ídolos,
a escudriñar la furia de las gaviotas
en la crápula de la desidia.

Subí presuroso a la torre
para escribir este canto que acoge la
derrota.

Ya la nostalgia divide mi mente,
la letra y el sollozo,
el pedacito donde deposito mi catre
y el apellido materno que me figura.

Y he comprendido que la guerra
aún muerde los nervios de mi carne.

Esto no acabará nunca,
por más que lo desee.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Ya esta a la vuelta de la esquina el 
III Encuentro de Talleres, Colectivos y Grupos Literarios
 "Gustavo Garzón Guzmán"



Ahí les comparto estos textos importantísimos para entender el por qué de este encuentro, 
el por qué de su nombre


GUSTAVO GARZÓN GUZMÁN


Durante la década de los años ochenta, el Ecuador estuvo atravesado por el cuestionamiento a los imaginarios que la anterior generación: la del 70, resumió en las teorías de “la década perdida”, del “desencuentro” y del “desencanto”. Estas crisis de rol del escritor en su contexto, se agudizaron políticamente durante el gobierno neoliberal de León Febres Cordero, estando marcada la década, por la aparición de grupos alzados en armas y por una represión generalizada sobre los sectores juveniles en especial.

A nivel literario, el Ecuador había perdido el espacio de la dignidad que representaban ciertos íconos literarios e intelectuales, pues estos se declararon“desencantados” del movimiento de izquierda tras la caída del “mundo socialista” que representaba la ex URSS y el muro de Berlín, mientras que EE.UU se alzaba como la única potencia mundial intentando imponer las teorías de “el fin de la historia”“el pensamiento único” y la guerrerista “confrontación de las civilizaciones” que devendría en el maniqueo concepto de la pretendida existencia de los “ejes del bien y del mal”.

En este contexto, y frente a los reclamos ciudadanos y de los movimientos sociales, los derechos humanos fueron vulnerados, llegando al extremos de encarcelamientos, asesinatos sin formulas de juicio y desapariciones, tal como consta en el Informe de la Comisión de la Verdad, que para investigar estos casos se organizara en el actual período gubernamental; dicha comisión fue presidida por la Hna. Elsie Monge.

Familiares y amigos, trabajadores del campo y la ciudad, periodistas y comunicadores sociales, escritores e intelectuales, hombres y mujeres, fueron víctimas de un proceso de represión que marcó un importante momento de la “historia oscura” del país; a todos ellos es justo reconocer y revalorar para que las nuevas generaciones no olviden que son consecuencia de luchas sociales anteriores y que en ellas hubo personas que ofrecieron su energía y aún sus vidas, por ver días mejores para la patria ecuatorial.

De ahí que este primer encuentro va dirigido a quien fuera el más destacado de los jóvenes escritores que produjera la generación de los talleres literarios, el hermano y compañero GUSTAVO GARZÓN GUZMÁN, quien fuera encarcelado a finales del año de 1989, liberado en octubre de 1990 y “desaparecido” el 10 de noviembre de ese mismo año, en el marco de la represión mencionada; causando uno de los más grandes dolores que hemos tenido durante todos estos años los trabajadores de la literatura y sobre todo su familia y especialmente su madre: doña Clorinda Guzmán de Garzón, que hoy en día constituye un icono de la lucha por los derechos humanos en el Ecuador. 






Desaparición forzada de literato
Fuente: Comisión de la Verdad 2010
"Ni silencio Ni impunidad"
Relatos de los casos investigados 
por la Comisión de la Verdad 
"Período 1989 - 2008"

Contexto

A partir de 1983, año en que hace su aparición Alfaro Vive Carajo como organización política que impulsaba acciones armadaspara la consecución de sus fines de cambio social, en Ecuador se establecieron políticas de Estado orientadas a reprimir la organización y protestas sociales y otras manifestaciones contrarias al gobierno, aún las provenientes de medios y periodistas independientes o aquellas surgidas de otros opositores políticos.

En el marco de la Ley de Seguridad Nacional se produjo la creaciónde estructuras de represión con ayuda internacional y los servicios de inteligencia apuntaron a establecer posibles vinculaciones de los opositores políticos con la acción de grupos subversivos y de aplicar, para estos casos, medidas extremas, situación que continuó hasta fines de la década.

Se registraron hechos como el asesinato de dirigentes y militantes de organizaciones sindicales, campesinas y políticas y varias desapariciones forzadas como las de Jaime Otavalo, Manuel García, José Mosquera, Cesar Morocho, Manuel Reinoso, Luís Valverde, entre otras personas1, resaltando el evidente poder de la institución policial, amparada en su fuero especial.

Gustavo Garzón Guzmán fue detenido en la ciudad de Quito el 7 de agosto de 1989 (…)

Los Hechos

El 9 de noviembre de 1990 en horas de la tarde, Gustavo Garzón Guzmán salió de su domicilio ubicado en la ciudad de Quito en el sector de San Juan, hacia la Editorial “El Conejo” a cobrar un cheque por la publicación de una obra literaria.

A las 17:30 se encontró con Miriam Liliana Vásconez Vaca en lacafetería Stop ubicada en la avenida Amazonas y Moreno Bellido y juntos se dirigieron al Centro de Exposiciones Quito, en donde Francisco Antonio Moreno los recogió como una hora más tarde para ir a la Cámara de la Construcción a recoger, a su vez, a Alfredo Pérez2.

El grupo se dirigió entonces al Bar Tropical ubicado en el sur dela ciudad, en las calles Quijano y Maldonado, donde se sirvieron algunos tragos y luego, cerca de las 22:00, salieron con dirección a la discoteca Son Candela situada en la calle Carrión y Reina Victoria encontrándose allí con Raúl Roberto Ricaurte Rodríguez.

A la 1:00 se retiraron Francisco Moreno y Miriam Liliana Vásconez, dejando a Gustavo Garzón “en perfecto estado físico y mental, sobrio y muy tranquilo”.

Gustavo Garzón Guzmán desapareció en la madrugada del 10 de noviembre de 1990, después de la reunión con sus amigos no llegó a su domicilio, por lo que su familia le buscó en “hospitales, clínicas e inclusive la morgue sin obtener resultado”.

El 14 de noviembre de 1990, se realizó la primera publicación de prensa acerca de la desaparición de Gustavo Garzón6 y el 15 de noviembre, aparece una noticia refiriéndose tanto de la desaparición de Gustavo Garzón Guzmán como de dos personas más vinculadas a movimientos sociales: Hugo Leonardo Villegas y Lino Peña.

(…)Posteriormente, en abril de 2003, otra publicación de prensa afirmaba “(…) Un ex oficial de inteligencia del ejército, quien asegura que el general Edgar Vaca conoce dónde están los restos del escritor Gustavo Garzón (…)”17 y en otra noticia de junio del 2003, se indicó: “(…) Un miembro de inteligencia reveló a este diario que el general Edgar Vaca conocía exactamente donde se encuentran los restos del escritor Gustavo Garzón (…)”18, y al día siguiente se publicó “(…) Un oficial de inteligencia military dio una pista (…) que detrás de la desaparición del escritor estuvieron las fuerzas de seguridad del Estado (…)”19.

 

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