Compañía
Fijaba su mirada en el suelo
ver crecer la angustia
alimentaba el lado derecho de su alma
el viento cantaba desde algún lado
venía cargado de co2
y tenía un aliento de grúas
batallando hacia la cima de la pendiente.
Intentaba cubrir sus oídos
con música metalada,
escuchó a alguien decir:
¡solo estruendos!
-recordó a su madre-
recorrer las cobijas
para despertarlo.
No sabía con exactitud
si era afortunado o no
el que su cuenta de teléfono
le llegará con la tarifa básica
Su compañera de oficina
le había dicho
que debería conseguir una mujer
arrugó la parte intermedia de las cejas
y se dio vuelta
Solo frente al computador
odiaba llegara este momento
no habría excusa
las máquinas habían hecho su parte
era el momento de salir
Camino a casa
sintió estar descalzo
sobre un piso lleno de carbones ardientes
pronto podré descansar -se decía-
cocinaré algo y herviré agua
para relajar los pies
Veía en el autobús
rostros diferentes al suyo
los otros reflejaban un deseo
de llegar a su destino
él solo pensaba en sus pies;
el señor sentado a su costado
contestaba el celular:
gracias amor por consentirme
preparar la comida que tanto me gusta
ya estoy llegando a casa.
Solo sé que …
Los traidores le dieron a beber
El agua de la muerte.
El bebió de la inmortalidad.
Salida
Mis ojos resbalan
hacia tus aposentos
polvo invisible
viento o tiniebla
el reloj de arena
repica cada noche
el ciclo del sol
reproduce el retrato
en la memoria herida
con el llanto de aquella partida
tus facciones ya pertenecen
a las yemas de mis dedos
estos barrotes no son de metal
se parecen al miedo
que antecede a cualquier
cambio
2 comentarios:
¿Qué poemas tan malos? No. ¡Qué poemas tan malos!
¿Qué se supone que es esto?
"No sabía con exactitud
si era afortunado o no
el que su cuenta de teléfono
le llegará con la tarifa básica"
Banalidad, pura banalidad.
Descuido absoluto. No hay razón para colgar esto en internet (sin señalar, claro está, de que se trata de paraliteratura o literatura serie Z o trabajo de taller).
Publicar un comentario