Obra de: Juan Flores
Carmen Jaramillo nace en Otavalo; vive ya muchos años en Quito; y a decir de la poeta no hay más que decir.
Su poesía esta cargada de retratos, lugares y búsquedas, mantiene la sensación incesante y cálida de todos los encuentros; recoge de entre las sabanas los miedos cotidianos y al mismo tiempo carga en sus versos el calor que deja en las manos el cuerpo de los días: ..."las serpentinas de mi pelo / caen ligeras sobre el silencio / de tu espalda desnuda /conservo tu imagen y tibieza / hasta el fin de la madrugada / en el espejo negro de mis ojos"...
Edison Navarro Cansino
Prisa urbana
Bajé del taxi
y pude verte
Mirándome
desde tu ventana.
A partir de tu llamada
tardé en llegar
veinte minutos
de absurdo tráfico y citas canceladas.
En el ascensor
me repaso a mi misma:
mi traje,
mis zapatos,
mis gestos ensayados,
formales, de oficina.
Demasiado pronto,
llego a tu puerta;
y me toma un segundo
adivinar tu figura seria.
Abres,
Saludo,
Respiro
el perfume cálido
de tu cabello negro.
Mientras hablamos
de nada,
analizo,
la profundidad
de tus ojos ámbar,
el ritmo de tu hablar
preciso.
Y calculo
la fuerza de tus manos,
la resistencia de tus piernas
al apoyarme en ellas,
cuando doble mis rodillas
hasta que mi boca llegue
a la altura del cierre
de tu pantalón.
fósforos
Chis! Chis! Chis!
flores de luz
los fósforos
en tu manito feliz
Fu! Fu! Fu!
apaga las florecitas
y abriga con tu manita
mi corazón azul.
Alucinación
Las redes de mis manos
pescan esencias
en tu piel húmeda
velo tu sueño
intranquilo de los días
grises que vendes al mundo
las serpentinas de mi pelo
caen ligeras sobre el silencio
de tu espalda desnuda
conservo tu imagen y tibieza
hasta el fin de la madrugada
en el espejo negro de mis ojos
y en el azul plomizo de la mañana
sus hélices negras delatan
en las sábanas tu absurda ausencia
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