BRUTAL COMO EL RASGAR DE UN FÓSFORO
I ENCUENTRO DE TALLERES LITERARIOS "GUSTAVO GARZÓN GUZMÁN"
Quito 10, 11 y 12 de Noviembre de 2010
Organizan
CASA DE LA CULTURA ECUATORIANA
Talleres literarios de la institución
ANTECEDENTES
Durante la década de los años ochenta, el Ecuador estuvo atravesado por el cuestionamiento a los imaginarios que la anterior generación: la del 70, resumió en las teorías de “la década perdida”, del “desencuentro” y del “desencanto”. Estas crisis de rol del escritor en su contexto, se agudizaron políticamente durante el gobierno neoliberal de León Febres Cordero, estando marcada la década, por la aparición de grupos alzados en armas y por una represión generalizada sobre los sectores juveniles en especial.
A nivel literario, el Ecuador había perdido el espacio de la dignidad que representaban ciertos íconos literarios e intelectuales, pues estos se declararon “desencantados” del movimiento de izquierda tras la caída del “mundo socialista” que representaba la ex URSS y el muro de Berlín, mientras que EE.UU se alzaba como la única potencia mundial intentando imponer las teorías de “el fin de la historia”, “el pensamiento único” y la guerrerista “confrontación de las civilizaciones” que devendría en el maniqueo concepto de la pretendida existencia de los “ejes del bien y del mal”.
En este contexto, y frente a los reclamos ciudadanos y de los movimientos sociales, los derechos humanos fueron vulnerados, llegando al extremos de encarcelamientos, asesinatos sin formulas de juicio y desapariciones, tal como consta en el Informe de la Comisión de la Verdad, que para investigar estos casos se organizara en el actual período gubernamental; dicha comisión fue presidida por la Hna. Elsie Monge.
Familiares y amigos, trabajadores del campo y la ciudad, periodistas y comunicadores sociales, escritores e intelectuales, hombres y mujeres, fueron víctimas de un proceso de represión que marcó un importante momento de la “historia oscura” del país; a todos ellos es justo reconocer y revalorar para que las nuevas generaciones no olviden que son consecuencia de luchas sociales anteriores y que en ellas hubo personas que ofrecieron su energía y aún sus vidas, por ver días mejores para la patria ecuatorial.
De ahí que este primer encuentro va dirigido a quien fuera el más destacado de los jóvenes escritores que produjera la generación de los talleres literarios, el hermano y compañero GUSTAVO GARZÓN GUZMÁN, quien fuera encarcelado a finales del año de 1989, liberado en octubre de 1990 y “desaparecido” el 10 de noviembre de ese mismo año, en el marco de la represión mencionada; causando uno de los más grandes dolores que hemos tenido durante todos estos años los trabajadores de la literatura y sobre todo su familia y especialmente su madre: doña Clorinda Guzmán de Garzón, que hoy en día constituye un icono de la lucha por los derechos humanos en el Ecuador.
En la década de los años ochenta, se crearon los talleres literarios, como un movimiento de las letras ecuatorianas. Estos, fueron consecuencia del Taller que creó la Casa de la Cultura Ecuatoriana en el año de 1982 y fue dirigido por el escritor Miguel Donoso Pareja, quien demostró al país que una labor de esta naturaleza genera nuevos aportes al imaginario cultural y que por tanto deja huellas imposibles de borrar, tal como ha quedado registrado en el libro “La posibilidad de soñar por escrito” del poeta Alfredo Pérez Bermúdez.
En estos procesos colectivos, plenos de recursos metodológicos innovadores relativamente desconocidos aún, se formaron varios escritores que hoy representan a las letras ecuatorianas y que a pesar de la falta de difusión de sus obras, no han dejado de producir, sin esperar reconocimiento alguno, que no se el que sus obras, por sí solas, lo merezcan.
De aquello muy poco se ha analizado y discutido. La experiencia del Encuentro “Cultura entre dos crisis”, realizado en el año de 1987, constituyó un hito en la historia de reflexión local sobre el rol del escritor en su contexto político y social, el que no fue evaluado de manera sistemática para generar continuidad en necesarios y útiles debates, sobre todo para encontrar derroteros para los actuales momentos, cuando el Gobierno de autodenominada “Revolución Ciudadana”, ha creado el Ministerio de Cultura, como un ente articulador y rector de las políticas en este sector de gestión gubernamental.
Si otrora, los trabajadores de la cultura y particularmente de la literatura, nos hemos movilizado reclamando por los derechos de nuestras áreas de acción, es necesario volver a retomar los cauces de la reflexión, el análisis y la confrontación conceptual, política y sobre las prácticas significativas de las “culturas ecuatoriales”, pues el gran esfuerzo realizado, no ha logrado que los derechos de los creadores sean asumidos como políticas de Estado, y por el contrario, hasta la presente fecha, no se reconoce al imaginario cultural de los pueblos y culturas ecuatoriales, como un eje de desarrollo nacional, a pesar de estar en juego una reciente discutida Ley de Culturas en Ecuador.
En lo específico, es imprescindible que los jóvenes creadores literarios, poetas y narradores, ensayistas y analistas sociales, nos convoquemos para asumir la responsabilidad de darle al país nuevas herramientas conceptuales provocadas por los recientes desarrollos tecnológicos y científicos, así como para evidenciar y reconocer el resurgimiento de nuestras culturas ancestrales y de nuevas culturas juveniles urbanas, como ejes vigentes de nuevas formas de comportamiento humano y convivencia en armonía y reciprocidad con la naturaleza (Sumak Kawsay) y entre los seres que habitamos este planeta y en particular: en nuestras ancestrales Tierras de la Mitad.
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