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Era muy posible la tormenta,
la calle memorizó trazos del mar en las retinas,
las naves,
dejaban escapar los pájaros de mal agüero,
habitantes de mis huesos desalojaron ruinas
las venas se incendiaron en los rincones del horizonte.
Temíamos que llovería la tarde entera
que los techos se llenarían de pupilas grises
tras el musgo de la casa vieja donde escondí el paraíso,
el zaguán que daba a ti se lleno de charcos
yo tendí la red y atrape una libélula
El cielo huyó boca abajo
los rincones tragaron agua de entre las manos
naufragaron crucigramas, mapas de sal,
la tempestad enmudeció,
calló el mar en tu boca.
Cuando abandone la noche
el agua llegaba hasta mis rodillas
dos ángeles flotaban mal heridos
ahogando la mansa vida
CORRÍ
Cuando dijiste corre,
la pata de palo de mi armario
y mis otras piernas sustitutas,
corrieron,
dejaron a desnivel el rincón construido en los huesos,
la silla de mi niñez ahora tiene tres patas
igual la cama
igual la mesa y sus migas
Sin atinar a donde,
corrieron,
esperaban una zancadilla que las desarme,
para no llegar a la fogata y quemar la casa.
Cuando dijiste corre
corrí con un fósforo en la mano,
hoy soy lo mismo que un patojo en llamas
una luciérnaga borracha
Nerón en un sube y baja
c
u
e
s
t
a
b
a
j
o
1 comentarios:
Me gusta!!! ¿por qué nunca antes te dejaste leer poeta???
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